Citlalli Medina
Guadalajara, México (30 junio 2020).-
05:00 hrs

El actor español Roberto Enríquez (León, España, 1968) le ha dado vida en los escenarios a innumerables personajes de obras clásicas y a otros igual de emotivos en producciones audiovisuales.
Son más de 25 trabajos en cada uno de sus medios: teatro, cine y televisión en tres décadas de carrera sin interrupción.
“Si a mí me hubieran pedido un deseo sería: ser un actor que esté mucho tiempo ejerciendo su profesión, que tenga la suerte de trabajar mucho e ir aprendiendo por el camino. De alguna manera ese sueño creo que se me está cumpliendo”, compartió el inagotable conversador en exclusiva.
Actualmente, tomará un respiro en su fascinación por estar en las tablas y ahora se centra en la nueva serie que protagonizará.
Roberto, ahora que han reanudado los rodajes en España, ¿qué implicaciones tendrá la pandemia para los actores? Hay muchas incertidumbres, aquí ya hemos entrado a “la nueva normalidad”, imagínate como se puede entender eso. Sigue habiendo brotes en otros sitios y es una situación extraña porque por un lado parece que hemos vuelto a lo que teníamos y por otro lado, sabes que nada de lo que teníamos tenemos ahora. Que el virus sigue estando ahí y haciendo de las suyas. Afortunadamente, la semana previa que declararon el estado de alarma fue cuando terminamos de rodar la serie El Desorden que Dejas. En ese sentido somos unos afortunados. No pudimos celebrar la fiesta de final de rodaje, pero en estas circunstancias es lo de menos. Y luego, lo que sí había que hacer era doblajes e ir a rodar, por ejemplo, una secuencia que teníamos al lado de un río y ese tipo de cosas, eso no lo hemos podido hacer, en mi caso, yo no lo he querido hacer hasta que hayamos entrado en la última fase porque no quería ir, arriesgarme y poner en jaque a mi familia. Para principios de agosto, yo comienzo el rodaje de una serie que tiene muy buena pinta, la verdad. Estoy oyendo a compañeros que han cambiado muchas cosas, no sólo lo que tiene que ver con el protocolo que todos tienen que seguir, que se hacen el test constantemente para ver si dan positivo o negativo, sino que también, esta realidad del virus incide en tramas argumentales, dónde había a lo mejor, muchos personajes, pues tiene que haber menos, se están reescribiendo temas por esta situación. Hablo por lo que me cuentan mis compañeros, no por haberlo vivido. Todavía (estoy) con la incertidumbre de no haber visto por mí mismo cómo es.
¿Algo que se pueda adelantar de esa serie que rodarás? La productora nos ha pedido no decir nada. Ellos se encargan de dar la información y de jugar sus espacios de marketing, pero lo que te puedo decir es que es una serie basada también en una novela y lleva el mismo título. Es una novela histórica que transcurre en el siglo XVIII y que parte del reparto que conozco y la historia son super interesantes. Los guiones que he leído me gustan, estoy ilusionado con esto, pero no te puedo decir más todavía, probablemente en breve salga ya a la luz, pero no puedo decir más. Lo siento (ríe).
¿Qué nos puedes contar de esa serie y en concreto de ‘Mauro’, tu personaje? Yo me leí primero la novela y me atrapó por completo, te puedo decir que me la leí en dos días, fue como una especie de enganche brutal. Está contada en forma de ‘thriller’, es interesante porque finalmente se cumple esta ley de que lo local, lo más pequeño, puede ser universal, esta es una historia que ocurre en un pueblo de la Galicia interior, porque la Galicia exterior es más conocida, ocurre en el pueblo Orense y ocurre en un instituto grande donde una profesora de literatura entra a sistituir a otra, y a menudo que va avanzando la historia empieza a darse cuenta que la profesora que está sustituyendo, ha muerto recientemente y hay una parte de la gente que piensa que ha muerto porque ella no estaba bien, y hay otra parte que piensa que no fue una muerte, sino que fue un asesinato, con el agravante que a ella empiezan a sucederle cosas bastante parecidas de bullying, de acoso en su sitio de trabajo, empieza a sufrir presiones y extorsiones, que fue lo que le ocurrió a la profesora de literatura y ahí se empieza a armar una trama bastante fuerte que no voy a seguir avanzando en el relato. Y dentro de toda esta historia, mi personaje ‘Mauro’ está a caballo entre las dos historias, primero, porque se cuenta a nivel temporal en dos secuencias diferentes, él juega constantemente en la época presente y en ‘flashback’. Mi personaje es el esposo de “Viruca” (Bárbara Lennie), que es la que falleció y también es compañero, porque da clases de historia en el mismo Instituto, de “Raquel” (Inma Cuesta), la nueva profesora que acaba de aparecer y entonces empieza a tener una relación estrecha con ella. Se relaciona con las dos mujeres que forman parte de un mismo espejo. Esta historia ocurre en un pueblo ficticio, no existe en la realidad, es una especie de pueblo Frankestein, de varios pueblos de Galicia y tal, pero tiene una luz tan increíble, el clima es bastante lluvioso donde lo grabamos nosotros, la bruma, y luego por supuesto, no sólo la estética, sino el acento gallego, la mayoría de los actores que forman parte del elenco son gallegos y algunos actores como Inma, Bárbara, Arón Piper y yo no somos gallegos, somos castellano parlantes, entonces, excepto Bárbara, nosotros tres tuvimos que trabajar con un ‘coach’ el acento, ese aroma que nos acercara al sitio a lo que estábamos contando, ha sido un trabajo que también ha supuesto retos por diferentes sitios.
Estar sobre las tablas ha sido imprescindible en tu carrera, ¿tienes alguna obra cercana? Hasta el año pasado, he venido combinando varios años, televisión, cine y haciendo teatro, el teatro es una disciplina artística e interpretativa maravillosa que a mí… no se lo que tenga el teatro, pero es como una droga muy dura, pero también es agotador y todos los días te enfrentas a subirte a un escenario y adquieres un compromiso con los espectadores que vienen cada día, sólo van a venir esa vez y tienen que ver lo mejor de ti, yo lo siento como ‘la espada de Damocles en la cabeza’, entonces, desde hace tres años, he venido combinando imagen (cine y televisión) y proyectos de teatro, incluso, los tres últimos con gira, que combinarlo con la vida familiar, con estar rodando y tal, es bastante delirante. Tengo un proyecto por ahí, que me han propuesto, pero de momento, lo último que hice (2019) fue “Casa de Muñecas 2”, de Lucas Hnath, un autor norteamericano que hizo una segunda parte del clásico de (Henrik) Ibsen, ese era un proyecto interesantísimo y fue sensacional hacerlo con Andrés Lima que es un director brutal de teatro. Fue una gira bastante larga, nos recorrimos España de cabo a rabo, ahora que me emprende este trabajo (nueva serie histórica) y que mi papel es protagónico y que voy a tener muchas opciones, estoy rechazando un poco todo lo que tiene que ver con teatro porque quiero tener un poquito más de vida, de normalidad, pues de momento, voy a estar solo con esto. Desde que inicié mi carrera nunca he dejado de hacer teatro, pero bueno, también la última etapa ha sido un poco de sobredosis, entonces ahora vamos un poquito con racionamiento.
No sólo en teatro, también en cine y televisión, ¿qué tiene que tener tu personaje para que aceptes un proyecto? Me puede gustar por diferentes razones, pero un denominador común es que tengo que leer la historia y el personaje y lo que una voz interior resuene por ahí dentro en algún sitio, que algo me toque, sea emocionalmente, sea intelectualmente o las dos. Tiene que pasar por ahí. A mí me da un poco lo mismo que el personaje, por ejemplo, ahora mismo voy a hacer un personaje que es protagonista de la historia, pero en El Desorden que Dejas, las protagonistas son las mujeres, mi personaje es importante dentro de la trama, pero es más satélite. No me importa la extensión de mi personaje, es más, en algún momento me han ofrecido algún personaje que era el protagonista y yo he convencido al director para poder hacer el hermano, que era otro personaje y no era protagonista, nunca había hecho ese personaje y me parecía un bombón, en algo me tiene que ganar, me tiene que atraer, ser un reto y seducirme, claro. Y luego no sólo en esta alquimia que se necesita para intentar hacer bien el trabajo, te pueden dar “Hamlet”, escrito por (William) Shakespeare, con el peor director del mundo y quizá los compañeros no son los mejores, qué oportunidad tan desaprovechada, ¿no?, esto quiere decir que también es un todo quién vaya a hacer la historia porque también hay muchas veces que trabajas con directores que no los conoces, pero en algo de sus discursos, de lo que te cuentan, de tal, algo te seduce, es muy importante con quien lo vayas a hacer.
Cuentas con una gran variedad de personajes, ¿aún hay alguno que te robe el sueño? He tenido la oportunidad de hacer personajes clásicos maravillosos, desde Fausto a Helmer Torvarld (Casa de Muñecas 2), a Konstantín Tréplev (Gaviota), Leonardo (Bodas de Sangre), he hecho un montón de personajes muy importantes y afrodisíacos con la edad que iba teniendo, y muchos otros que eran desconocidos de autores contemporáneos que también son maravillosos, por supuesto que hay muchos clásicos que puedo hacer dentro de unos años, hay siempre personajes que están ahí, que son super apetecibles. Hay otros personajes nuevos que me llegan, que acaban de nacer ahora bajo la pluma del director que me seducen un montón, yo más que nada no me proyecto con que personaje, sino con quién me gustaría trabajar o cuando me llega una historia que me seduce.
Desde esos inicios, ¿hay algo que haya cambiado en ti en ti a la hora de apropiarte de un papel? Sí han cambiando muchas cosas, cuando empiezas eres muy prisionero de lo que aprendes, es como cuando sales del autoescuela de conducir, bueno, yo no tengo el carnet, pero me imagino que debe ser algo así: ahora meto primera, meto segunda, tengo que pisar el embrague, marco la intermitente, pendiente de todo, no es algo que lo hayas digerido y de una manera inconsciente se da. Yo lo asemejo a esto. Trabajaba desde un sitio de cómo se debía de trabajar y poco a poco, vas pasando por diferentes facetas, escuelas, y en definitiva, la escuela más importante es la experiencia también. Al final he ido destilando los diferentes métodos y tengo que ir partiendo todo, que además, me permite el lujo de traicionar, o sea que a lo mejor, intentar ahora la lucha y la conquista es por darle cada vez más espacio a lo inconsciente, a lo que no viene de lo intelectual, a lo que puede ser una locura, por un momento dado también puede ser una genialidad y de no atreverte a hacerlo, es la pérdida de esa oportunidad. Tiene qué ver más con la búsqueda de esa libertad que probablemente tenga que ver también con este intentar desembarazarte de formas concretas de trabajar porque luego la percusión de que vas trabajando con diferentes compañeros, cada uno trabaja a su manera y como decía (Jerzy) Grotowski en esa frase tan maravillosa: “tiene la razón, quien tiene el resultado”. Ves a compañeros que hacen una actuación maravillosa y cada uno viene de una escuela diferente, qué importa la escuela, lo importante son otras cosas y en eso estoy.
En los años recientes, la ficción española ha trascendido a nivel mundial, particularmente con mucha fuerza en Latinoamérica y en series en las que has trabajado, ¿cómo tomas esto? Esa es una satisfacción inmensa. Primero, a mí una cosa que me da mucha satisfacción personal es que entre América Latina y España hay algo que cada vez se consolida más, esa especie de puente entre nuestra cultura que es la misma, obviamente con diferentes aliños y manera de cocinarla y tal, pero los ingredientes son los mismos y eso es una riqueza inmensa, yo creo que le faltaba musculatura a eso y esto se va haciendo cada vez más, porque aquí también se ven el cine mexicano y sus productos audiovisuales que son como: “Wow”, que nos dejan aquí parados de admiración, yo creo que se fortalece y con otros países de habla hispana, eso es lo interesante y a mí me gusta mucho. Y luego, lo que está ocurriendo también con la ficción española en otras lenguas, en otros continentes es maravilloso. En este momento está disfrutando de un momento muy dorado y eso nos da mucha satisfacción porque además se traduce en mucho más trabajo y es muy gozoso.
¿Habrá la posibilidad de que te involucres en un proyecto latinoamericano… a ti te gustaría? Me encantaría, las veces que he tenido la oportunidad de hacerlo ha sido una experiencia maravillosa. Fundamentalmente he trabajado con directores cubanos y en Cuba, pero estoy loco por trabajar en México, Argentina, Colombia, Chile, hay un montón de países que me interesan y que estaría encantado, por supuesto que sí. Aparte de eso, si el proyecto me interesara, a donde te lleve el proyecto me parece que es algo un poco colateral, pero además si tienes la suerte de trabajar con gente de tu misma lengua, contando otra historia en otro país diferente, eso siempre te hace ilusión y tiene un punto de exotismo, vamos que sí, obviamente. Un sí rotundo (ríe).
¿Algún mensaje que desees enviar? Mandarle mucho ánimo a todas las personas que puedan leer esto y decirles que la única manera de salir de esto hasta que no aparezca una vacuna es tener responsabilidad, guardar la distancia, ponernos la mascarilla y ese tipo de medidas que ya conocemos. Hay algo también muy poderoso que es hacerlo todos juntos. Muchos ánimos para sortear y sobrellevar esta situación tan dura que estamos viviendo…. ¡Y que viva México y que vivan los gachupines